jueves, 17 de noviembre de 2016

El bar Baigorri gana la XV Semana del Pintxo de la Txantrea


La semana del pintxo de la Txantrea ha llegado este año a su decimoquinta edición, una cita gastronómica que nació con la intención de dar un poco de vida a los bares del barrio una vez terminado el verano y que con el paso de los años se ha convertido en un referente entre las citas gastronómicas no sólo de Pamplona, sino de toda Navarra.
La trascendencia de la semana del pintxo va más allá de los siete días oficiales en los que se celebra. Previamente, los responsables de los bares, sean o no cocineros, sepan distinguir o no una sartén de una cazuela, se preocupan por idear el mejor pintxo que sean capaces de crear, con ingredientes no sólo de calidad, sino que se salgan un poco, o un mucho, de lo que es habitual en sus cocinas. Estos días hemos probado creaciones con algas, plátano, azúcar caramelizada, frambuesas, milhojas de manzana, torrijas y ají picante, nos han engañado ofreciéndonos un chocolate con churros que era, en realidad, una crema de morcilla con patatas fritas, y hemos disfrutado con todos y cada uno de los pintxos que nos han puesto delante.
Los bares de la Txantrea viven sobre todo de sus parroquianos, de los clientes habituales que se pasan todos los días a saludar, a charlar con los amigos y echar la partida si se tercia. Lo que esta semana les regala, como nos dijo un hostelero, es la posibilidad de ver en el bar gente que no conocen, que se acercan hasta allí para probar su pintxo.
Porque ese es otro efecto de la semana del pintxo: los clientes se convierten de pronto en expertos gourmets, gastrónomos que paladean las creaciones, valoran la originalidad, el sabor, la calidad de los ingredientes e incluso lo bonito que está el plato, y sonríen al cocinero otorgándole su beneplácito.
No hay mejor jurado que la clientela, ni mejor veredicto que el rumor boca a boca de lo buenos que están los pintxos de un sitio u otro, pero alguien tiene que prestar su ojo crítico y su paladar experto para establecer el palmarés de este año.
El jurado ha estado formado, por un lado, por dos profesores y tres alumnos de la Escuela de Hostelería Ibaialde de Burlada. Me gustaría destacar la calidad de la enseñanza que se imparte en este centro, la seriedad y rigor del profesorado y la estupenda preparación con la que los estudiantes concluyen su formación.
Representando al barrio en el jurado han estado el presidente del equipo femenino de fútbol sala Txantrea, Iñaki Mendióroz, y una de sus jugadoras, Irene Garbalena. Este equipo, que milita en la división de honor del fútbol sala femenino y está realizando una fantástica temporada, hace frente a las adversidades y las dificultades con las que se enfrenta el deporte femenino con una pasión y unas ganas que para sí quisieran muchos de los llamados deportistas de élite.
Para terminar, el agradecimiento de los hosteleros de la Txantrea a todos sus clientes por volcarse un año más en este evento y visitar masivamente los bares del barrio, y gracias por supuesto a los bares por la alta calidad y originalidad de sus pintxos. Aquí se entregan tres premios, pero todos son merecedores del trofeo.
Los premios de este año han sido los siguientes:

PREMIO DEL PÚBLICO
Dicen que el pueblo es sabio, y en esta ocasión ha decidido, con sus votos, otorgar el premio a un pintxo que ha sabido fusionar de manera excepcional lo oriental con lo local, no sólo en el nombre, sino también sobre el plato. El premio del público es para el BAR AVENIDA por el pintxo KUTXITHAI.

TERCER PREMIO
El tercer premio de este año es para un pintxo que, a pesar de lo que diga su nombre, tiene un sabor y una presencia clara y meridiana. Complejo y completo, pero sobre todo sabroso, el tercer premio es para el BAR JAVIER y su pintxo INDECISO.

SEGUNDO PREMIO
El segundo premio es para un pintxo que ha sabido condensar en un reducido tamaño una sucesión de sabores y texturas a cuál más exquisita. Estoy convencida de que Miguel se sentiría muy orgulloso de sus creadores. El ganador es el BAR NILO por su pintxo CAPUCHINO.

PRIMER PREMIO
Hacer un pintxo que ponga de acuerdo a un jurado tan dispar es sumamente complicado, pero el ganador de este año lo ha conseguido. Un pintxo que se come de abajo arriba, para llevar todos los sabores a la boca al mismo tiempo y no permitir que ninguno se imponga. El que se ha impuesto ha sido el pintxo ERASMUS, del BAR BAIGORRI.

Susana Rodríguez Lezáun

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