jueves, 28 de junio de 2012

Patxi Irurzun, escritor

«La literatura tiene que ser capaz de provocar pasiones, emociones, que haya algo que te remueva por dentro»
El escritor txantreano Patxi Irurzun nos presenta su última obra: Dios nunca reza.
Foto: David Mariezkurrena




Dios nunca reza es tu primer libro publicado en forma de diario ¿cómo surge la necesidad de contar el día a día de una persona? 

Escribí el diario en una época en la que me costaba encontrar tiempo para mí mismo, para escribir, por cuestiones familiares y laborales; un diario me pareció la forma más sencilla de obligarme a escribir, todas las noches, cuando el niño ya estaba acostado (a veces costaba bastante) y de no tener que darle demasiadas vueltas a qué iba a escribir: tenía el material calentito y de primera mano. Por otra parte, todo el mundo ha escrito o ha tenido la tentación de escribir alguna vez un diario, y yo, que soy escritor, nunca lo había hecho, así que me apetecía y hacerlo un poco a mi manera, quería un diario en un momento concreto y relativamente corto de mi vida, y en este caso se trataba de una época de cambios, una mudanza, un embarazo, un despido (que ya lo veía venir)… El diario, en definitiva, fue una especie de asidero o de lugar en el que volcar toda esa incertidumbre.
¿No cuesta un poco desnudarse de esa manera ante todo el que quiera leer tu libro? 

Me lo dice mucha gente, pero yo, al contrario que en la vida real, donde soy una persona bastante tímida y reservada, cuando escribo lo hago a tumba abierta, sin tapujos, y no entiendo ni me interesa la literatura de otro modo: para mí la literatura tiene que ser capaz de provocar pasiones, emociones, que haya algo que te remueva por dentro. Además, en ese desnudo literario tampoco hay nada que se diferencie demasiado de las vidas de los demás, de sus sentimientos, problemas… Como se suele decir, todos somos raros de cerca, y yo creo que ese ha sido un poco el éxito de este libro, que mucha gente se ha visto reflejada en él.
El libro no deja de ser una obra literaria, ¿está todo el relato basado en hechos reales o hay alguna parte surgida de la creatividad del autor? 

Tengo que decir que aunque es un diario personal yo lo escribí siempre pensando en publicarlo, no es un diario para guardar en un cajón, y eso ya implica ciertas cosas, lo convierte en literatura, y hay quien dice que toda la literatura, incluso la más autobiográfica, ya es ficción, yo estoy más o menos de acuerdo, además cuando uno habla de sí mismo, da su propia versión de los hechos. Pero sí, básicamente todo está basado en experiencias reales y propias, a excepción de algunas hojas al final, en las que me adelanté al desenlace (por ejemplo, al despido), pero que finalmente acabaron pareciéndose bastante a cómo las había imaginado.
¿Cómo es la respuesta de la gente que te rodea, te mira alguien distinto tras conocer tu vida íntima? 

Noto bastante aprecio en general y esa sensación de empatía, de compartir vivencias, sentimientos… Durante mucho tiempo he estado recibiendo emails, mensajes casi a diario en los que la gente me decía que se había emocionado o reconocido leyendo el libro, que les había robado algunas horas de sueño (es un libro que, o al menos eso me dicen, te agarra y no te suelta). Sí, a veces siento que la gente, gente desconocida, me habla como si ahora formara parte de su familia, o de sus amigos. Es bonito. A quien no le parecerá tan bonito –supongo– es a mi exjefe, pero no me importa demasiado, uno se cansa de recibir empujones y al final los devuelve con las armas que tiene a mano. Hay un poco de revancha, de justicia poética, en ese sentido, pero me he dado cuenta de que al final esa es solo una parte pequeña del libro, de que a los lectores le han gustado más otras cosas, más cotidianas, mi relación con mi mujer, con mis hijos, etc.
¿Aunque tú seas el protagonista, es quizás un intento de reflejar la sociedad de ese momento concreto? 

Sí, el libro transcurre en el verano de 2008, es decir, cuando Zapatero hablaba de una «desaceleración económica», pero la gente de a pie ya empezábamos a ver que pasaban cosas, que echaban a compañeros del trabajo, o que en los bancos ya no te trataban como si fueras el rey del mambo, sino lo que siempre has sido: un número. El libro cuenta la experiencia de alguien que va encaminado al despido, que va intuyéndolo, en parte por la situación económica, pero también porque comienza a valorar una serie de aspectos en su vida, de renuncias, de concesiones, que no cuadran con su forma de pensar, o con sus sueños y aspiraciones (en aquel tiempo, yo trabajaba en una agencia de comunicación que tenía por cliente a un banco, y yo tenía la sensación de estar trabajando para el enemigo, haciendo un trabajo sucio, ¿qué pintaba yo escribiendo anuncios de hipotecas?). Creo, por eso, y también hablo de ello, que la crisis va más allá de la economía, durante algún tiempo hemos estado demasiado dormidos, o asustados…
¿Cuántos libros llevas publicados? 

Pues la verdad que bastantes. Míos-míos, once (novelas, libros de relatos o de viajes…), más cinco libros juveniles y diez infantiles que han sido encargos, y además he coordinado dos antologías y he participado en otras diez o doce como autor. No está nada mal, a veces me pregunto de donde saco el tiempo…
¿Cómo te sientes todavía ante cada nuevo libro que publicas? 

Aquí va muy bien esa frase de que siempre es como la primera vez. Me siento nervioso, esperando las reacciones, y siempre hay sorpresas. Con el diario, por ejemplo, yo pensaba: «¿A quién le puede interesar mi vida durante un verano?», y al final ha sido probablemente, junto con el libro que escribí sobre mi viaje al basurero de Manila, el que más ha gustado.
¿En qué proyectos literarios trabajas ahora?

Desde hace mucho tiempo, cinco o seis años, llevo escribiendo una novela de aventuras, algo totalmente diferente a lo que he hecho hasta ahora: es una novela sobre el auto de fe de Logroño de 1610, las brujas de Zugarramurdi, y también sobre piratas vascos, pero voy a trancas y barrancas, porque es muy exigente, tengo que leer mucho, informarme, estar muy encima, y a veces se me cruzan otros proyectos o circunstancias que me apartan de la novela. Además, probablemente en otoño publique otra colección de relatos.
¿Tus vivencias txantreanas son fuente de inspiración en tus relatos? 

Claro, yo he pasado mi infancia, adolescencia y buena parte de mi vida adulta en el barrio, la mayoría de mis experiencias, y sobre todo, aquellas en las que vas formándote como persona, han tenido la Txantrea como escenario de fondo. Yo por ejemplo, estudié en Irubide, y recuerdo con mucho cariño aquella época, las borotas en El Abuelo, las borracheras indecentes el día de la fiesta del instituto, las huelgas… Aunque, aparte de eso, es cierto que tampoco hacía mucha vida de barrio, mis amigos eran de otros barrios, de San Juan, y a veces me decían que yo era de Orvina, no de la Txantrea, para picarme, pero en el fondo era porque tenían envidia. Todavía vengo bastante, a ver a mi madre y a mi hermana.

¿Nos podrías recomendar brevemente algún libro?
Como novedad, Idas y venidas de Miguel Sánchez-Ostiz, que me parece un escritor como la copa de un pino que no siempre recibe lo que se merece, y por quien siempre me he sentido muy apoyado. Y luego los que para mí ya son clásicos: Fante, Mohamed Chukri, Bukowski, Baroja… Últimamente leo bastantes comics y acabo de descubrir a un autor de Donosti que se llama Santiago Valenzuela que me tiene perplejo. Y desde luego, hay libros de nuestra historia más cercana que deberían ser de lectura obligatoria, por ejemplo en los institutos, como Navarra 1936, de la esperanza al terror, Los culpables de Galo Vierge, Soledad de ausencia de Luis Elío, o Tiempo de llorar de su hija María Luisa Elío, que aparece en la dedicatoria de Cien años de soledad, y a quien García Márquez debe mucho de esa novela, fue una de sus primeras lectoras y quienes le animaron a escribirla, y aquí mucha gente no tiene ni idea, o no quieren tenerla y andan poniendo o manteniendo nombres de calles y plazas a papas y carniceros, pero bueno, me estoy desviando… 

No hay comentarios:

Publicar un comentario